CRÍTICA : PINTURAS DE MANUEL PARADA - CATALUNYA
Fecha Lunes, 08 febrero a las 11:39:59
Tema Colaboradores


BARCELONA

CRÍTICA DE LAS PINTURAS DE:
Manuel Parada Freire
1 de Abril de 1949
A Painceira (Régoa) Cedeira
A Coruña, Galicia (España)

Los panoramas que nos presenta Manuel Parada, son de un valor artístico incalculable, por muchas razones, sumadas a la inteligencia y el talento, ambas a diferenciar. Inteligencia, por el magnetismo que desprenden. Talento, por el sabio dibujo aplicado, por su cromatismo y situación, que embriagan inmersos en concupiscencia. Por dar un ejemplo, diremos que el óleo que representa a Chanca en Almería, nos somete, al darnos cuenta de como en una montaña, prácticamente desierta de vegetación, puedan nacer casitas de un blanco inmaculado, a través de un suelo árido, como si de hongos se tratara. De todas formas, la idoneidad de esta interesante colección, radica básicamente, en saber hallar, el lugar adecuado a llevar al lienzo, con la mayor fidelidad posible, que es, como decir, gozar de una vista fotográfica. Nos atreveríamos subrayar; con talante instructivo: buscado y hallando, la angulación perfecta, mimándola con angulemas, controlando con ellas, la sintonía, dialogando con el contraste y, entablando una lucha con el color que nos acerque a la verdad absoluta. Apuntar a un primer plano, que favorezca la materialidad del fondo y, buscar el enfoque simétrico de la perspectiva; pero, apuntando su enlace, con la variedad cromática que desprende todo paisaje y, que necesariamente el lienzo debe destacar, para crear su propia belleza. Con esta descripción, se deduce, se cree, o se pueda creer, que para pintar paisajísticas, basta con ser fiel al objetivo planteado y, no es así, puesto que como demuestra Manuel, a todo lo que hemos manifestado, hay que añadirle el poder de la observación y el de la investigación, cosa que en ambos casos, se entrega este Creador Plástico, con alma y corazón, por variadas razones. La primera, es que cree en si mismo. La segunda, no duda de la fuerza de su dibujo. La tercera, es que utiliza el pincel con tal maestría, que convierte el género en composición y, la cuarta, que sabe utilizar el más allá del primer plano, para producir con tanta magnificencia, que la armonía plástica, queda pequeña. Ante este aforo de genialidad técnica, no cabe duda, de que domina también otras facetas, cambiando de técnica en su representación, como los bodegones, en los que la aplicación del color, es la parte más importante de unos lienzos, que nos llegan de la mano de un genio, que habla con el pincel y, subyuga con la paleta..

Josep Lluís Ponce
Crítico de Arte
Catalunya
(España).








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