Jose Luis Vergara Rey
Fecha Domingo, 05 junio a las 13:19:48 Tema PHP-Nuke
“Es posible que mi política progresista haya llegado con excesiva prontitud”
José Luis Vergara Rey
Alcalde saliente de Cedeira
Con la pena en el alma de no ver
crecer a muchos de sus “hijos” –entiéndase por proyectos iniciados
durante su mandato–, José Luis Vergara, asume unos resultados
inesperados con la elegancia que se le presume y con muchas ganas de
servir a su electorado, ahora desde la oposición.
Entrevista de Montse Fernández . Diario de Ferrol
© 2011 . Diario de Ferrol
Q ueremos transmitir o noso agradecemento a cada unha das 1.335
personas que decidiron apoiar o proxecto da Agrupación Socialista de
Cedeira. Nas duras condicións económicas que estamos a sufrir, a
cidadanía, maioritariamente, optou por outras alternativas políticas, e
Cedeira, non se afastou desta corrente.
A pesar delo a nosa proposta non só non perdeu votos, senón que veu
incrementado o seu apoio popular(...). Durante os próximos catro años a
dereita rexerá os destinos do noso querido municipio, a nós tócanos
agora servilo como membros da oposición. Será unha honra e farémolo sen
acritude, con profundo respecto polas formas democráticas e con
educación”. Con estas palabras se dirigía el secretario general de la
Agrupación Socialista de Cedeira y alcalde en funciones del municipio,
José Luis Vergara Rey, a sus electores tras las pasadas elecciones
municipales. Con el entusiasmo que lo caracteriza intacto, a pesar
del mazazo electoral del 22M, y aún “lamiéndose las heridas”, como él
mismo puntualizó, Vergara Rey deja la Alcaldía de Cedeira con la mejor
de las sensaciones, la del deber cumplido. Algo que solo se logra tras
haber llevado a la práctica casi todo aquello que se había propuesto a
su llegada al gobierno local, en mayo de 2007. —¿Estaba convencido de que repetiría como alcalde? —Sí, estaba convencido de que repetiría y, evidentemente, como adivino no tengo futuro. —¿Por qué esa sensación? —Me
basaba en la gente, notaba que había una recepción buena. Ahora, visto
lo visto, me quedo con que, votasen lo que votasen, el cariño y el
respeto están ahí, y eso hay que valorarlo. Además, el bagaje de lo
realizado es inmenso. Tanto es así que durante campaña hicimos un
balance de unas ochenta grandes intervenciones, y nos olvidamos de
cuestiones tan relevantes como el paseo fluvial, ni más ni menos. —¿Qué lectura hace? —Yo
estaba convencido de que lo normal, si estas hubieran sido unas
elecciones normales, hubiese sido mejorar nuestros resultados, porque
éramos conscientes del enorme trabajo que se ha hecho. Hemos sido
capaces de conseguir ayudas de todas las administraciones, menos en los
dos últimos años en que desde la Xunta que se ha optado por una política
sectaria. Ahora conseguimos 1.335 votos, 200 más que en 2007, un 3,5%
más, pero una cantidad muy distante del PP, que gana merecidamente, sin
ambages. Decir lo contrario es de mal perdedor, y yo no lo soy. —¿Considera que la gente castigó a Zapatero y se olvidó de Vergara? —Lo
segundo es cierto, se olvidaron de mí. También hay que decir que los
votos que perdió TEGA no vinieron para la izquierda, algo que puede
deberse a condicionamientos locales o a que los líderes han sido
castigados. Hay un doble componente, quien debería aguantar de esos
votos no aguantó y esa gente que se siente huérfana, en lugar de buscar
al “Padre Vergara” buscó al “Padre Rubido” (ríe). En 2007 había una ola
dominante de izquierdas y los votos de centro y variables fueron a la
corriente dominante y ahora el viento sopla para otro lado. —¿Qué cree que votaron? —Yo
entiendo que se vota también el tipo de ciudadano que se quiere ser y
el tipo de relación que se desea establecer con el poder. —¿A qué se refiere? —Los
cedeireses votaron lo uno y lo otro. Cuando a mí mi gente me pide una
cosa, me pide un derecho que les corresponde, pero también sé que hay
quienes se relacionan con el poder no para exigir derechos sino favores.
Son dos tipos de relaciones, entre ciudadanos en un caso y de vasallaje
y pleitesía en el otro. No digo más. —¿Cómo se supera el golpe? —El
otro día le decía a un amigo que es importante saber perder y el me
recordó que lo importante es saber ganar. Cuando nosotros ganamos las
elecciones se celebró tímidamente, no hubo bombas de palenque. El pasado
día 22 sí las hubo, obviamente no eran las mías. Está claro que son
diferentes formas de afrontar un inicio de mandato. Ahora estoy de
acuerdo con mi amigo. No sé, puede ser que el hecho de llevar una
política inequívocamente progresista, no solo con las obras o el trato
con la gente, también con otras cuestiones como la retirada del
monolito, o el homenaje a los asturianos que habían estado en el campo
de refugiados, han pasado factura. Está claro que yo no fui
suficientemente atractivo para esa gente. Es posible que este tipo de
política haya llegado con excesiva prontitud a Cedeira y a lo mejor
quien se necesita para liderar el proyecto político en el futuro debe
ser alguien más de centro, que mire menos al norte de Europa. Igual
hemos pretendido –no lo sé, el tiempo lo dirá,–que Cedeira diese más
pasos que aquellos para los que estaba preparada. Yo en este sentido
también soy autocrítico. —¿Asignaturas pendientes? —Sí, claro,
aunque debo decir que pertenecen a compromisos incumplidos por parte de
la Xunta. La mejora de la AC-566, el centro de día que estaba
comprometido, la ampliación de la guardería, que también, y el centro de
salud. Ellos se excusan con la falta de presupuesto, pero mucho me temo
que es fruto de esa política sectaria que impera ahora en Santiago.
Históricamente, la Xunta nunca ha mirado para esta esquina, algo que
empezó a cambiar con el bipartito. Touriño visitó Cedeira varias veces y
el resto de conselleiros también. En los últimos dos años nadie vino
por aquí, al menos oficialmente, porque sí vinieron a dar sus mítines. —Si se hizo tanto en Cedeira, ¿cómo no fue capaz de convencer a más gente? —Cuando
esa base fiel del PP no es capaz de reconocernos ni las más mínimas
virtudes y repiten una y otra vez: “hizo eso porque lo tenía que hacer”,
algo pasa. Como profesor me digo si sería capaz de convencerlos: no,
estoy seguro de que no, hiciese lo que hiciese, plantease lo que
plantease... Por eso digo que he llegado un poco antes de tiempo.
Sentamos unas bases, ahora falta que sean lo suficientemente fuertes. Lo
que está claro es que nunca he podido convencer a nadie del PP, no he
sido capaz, y a veces me digo a mí mismo, ¡con la de procesiones que me
he comido! (risas). —¿Se pregunta qué más tenía que haber hecho? —Muchas
veces desde el día 22. Ellos basaron su campaña en la vuelta al pasado y
en reducir las multas, esa era su máxima. Apenas hicieron oposición y
sin embargo tienen los votos. Esta claro que la gente no ha sabido ver
las bondades de mi distinta y diametralmente opuesta manera de ver la
política. —¿Cómo valora su paso por la Alcaldía? —Como algo
estupendo, porque nadie me quitará el honor de haber sido durante cuatro
años el alcalde de un pueblo maravilloso, porque sé qué calles por las
que piso están saneadas gracias a mí, porque esas grandes empresas que
llegarán al polígono y crearán empleo han tratado conmigo, porque sé que
nuestras instalaciones deportivas están a la altura ahora de las
mejores de Galicia, porque hemos multiplicado por tres la atención de
los Servicios Sociales y, sobre todo, porque nadie me podrá negar nunca
que yo miraba a la gente de frente y si tenían cita los recibía y si no
también. Yo creo que esos 1.335 votantes estarán orgullosos. —¿Algo que reprocharse? —Siempre puedes hacer más, pero quizás pude haber hecho menos y mejor. —¿Cómo deja el Concello? —Con
las cuentas totalmente saneadas. Lo encontré con 2,5 millones de deuda
y, a pesar de la crisis y la falta de ingresos de la construcción, la
rebajamos en un millón. Heredé otros 600.000 euros en deudas con
pequeños empresarios y ese capítulo se queda en 17.000, y eso porque el
PP no quiere que se haga un reconocimiento extrajudicial de crédito
para dejarlas pagadas. Me consta que hace más de veinte años que no se
da esta situación. La mejora de servicios como el de Urbanismo o Cuentas
nada tienen que ver con el pasado, y quedan totalmente organizados,
habiendo realizado más resoluciones que nunca. Avanzamos mucho en el
ordenamiento jurídico, de hecho, está el Plan Xeral ahí, a la espera del
informe técnico. Ha sido muchísimo lo que se ha hecho, no solo obras, o
traer cinco grandes firmas para el polígono de A Trabe, que ya marcha,
hemos sentado las bases para hacer ordenado el Concello. Hemos afrontado
la Ley de Incendios, y hemos hecho expedientes de ruidos en varios
establecimientos, algo novedoso. —¿Y a Cedeira, como la deja? —Si
algo tengo claro es que Cedeira es hoy un referente de multitud de cosas
positivas: comportamiento en cuanto a la legalidad, en cuestiones
medioambientales, de memoria histórica, de proximidad, cercanía, etc.
Nuestro trabajo forma parte ya de un legado inmemorial. Yo no me voy
derrotado, es importante, me voy apoyado por gran parte del electorado,
la gente de progreso me da su respaldo, es cierto que hay que ganarse a
otra gente, eso yo quizás no he sabido hacerlo, pero otros vendrán del
partido que sin duda lo harán. —¿Algo que le preocupe? —Solo que
una persona con expedientes abiertos por irregularidades urbanísticas
pueda hacerse cargo del área de Urbanismo, algo que temo. —¿Un mensaje a su sucesor? —Ya
le he manifestado todo mi apoyo por escrito. Aún no recibí respuesta
pero le reitero que no renuncio en absoluto a trabajar con él, a pesar
de las enormes diferencias que nos separan, ya que Cedeira no se merece
unos políticos que se den continuamente la espalda. Me tendrá a su lado
para luchar por cuestiones vitales como la AC-566, el centro de salud e
incluso para consensuar el Plan Xeral, si quiere. —Si alguien venció en estas elecciones es su familia, ¿no? —Sí,
aparte de Rubido, claro, que le reconocemos ese mérito (risas). En mi
familia nos sabemos ganadores, mis hijas quieren más a su padre, al que
no solo ven como caballo ganador sino que lo ven como alguien que en los
momentos difíciles aprieta los dientes y los puños y mira siempre de
cara al futuro. En cuanto a mi mujer, está feliz porque al fin podremos
salir por las noches, su marido no madrugará en verano y tendrá un
jardín más bonito.
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